martes, 12 de febrero de 2013

LA VIDA PELIGROSA N°1





Si afloja esa cobardía de usura
Gritada en cordeles de imágenes y tensión
Cuando aspiro ese elevamiento
Del mar dentro mío
Que entonces se voltea en lo más alterado de mis sentidos
Por los cerros cuesta abajo mentalmente en fragmentos
Yo dejaré
La rigidez de mis maquinaciones
La humareda de la mueca
Y volarán de mí
Herramientas lenguas usos y sitios
Cielos por mis ojos
Y habré torcido para siempre
Mi fortuna y mi amor enfermo.

ARTHUR RIMBAUD / ILUMINACIONES






                                                                  


INFANCIA
I
Este ídolo, ojos negros y crin amarilla, sin padres ni corte, más noble que la fábula, mexicana y flamenca; su dominio, azur y verdor insolentes, corre sobre playas nombradas, por olas sin bajeles, de nombres ferozmente griegos, eslavos, célticos.  En la linde del bosque, - las flores de ensueño tintinean, estallan, relumbran, - la muchacha de labio de naranja, con las rodillas cruzadas en el claro diluvio que surge de los prados, desnudez que ensombran, atraviesan y visten los arco iris, la flora, el mar.
Damas que dan vueltas en las terrazas vecinas al mar; infantas y gigantas, soberbias, negras en el musgo cardenillo, joyas alzadas sobre el suelo feraz de los bosquetes y de los jardincillos deshelados, - jóvenes madres y hermanas mayores de miradas llenas de peregrinaciones, sultanas, princesas de andares y atuendo tiránicos, pequeñas forasteras y personas dulcemente desdichadas.


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miércoles, 6 de febrero de 2013

EL LEGADO



Sobre el suelo
Tras las sombras a jirones
Una montonera del múltiplo de mi cuerpo
Tras haberse despojado
Como quien acopia
De cuanto moretón de tanta pateadura
Para greda
Para ensangrentar la puesta con alzarme por los aires
En la atomización de los elementos
Y ser entonces en sí
La tierra
Claro que suceden
Al igual que los miedos las verdades
Toda vez me tocó
En una ronca sorda palada cicatrizante
Aguantar en mi muerte
La inhumación masiva y desbordada
De cuerpos atropelladamente
Inertes mandados a morir
Todos todos
En un embuste tal así como un beso-araña 
Para puro aprender
Con toda mi herida aireándose
Que el mar es al río en condición de matadero y porvenir.