Toda la sangre 
Lo baldeaba la de sus venas
Y su dentadura ahí se afanaba
Mordiéndose contra el absurdo cólera
De tener los pies por largas escaleras
Entonces de algo sano
Algo que se podría
Las estaciones de la vía 
Los cruces
Tornándonos los ánimos
Para así la persona
Volarse del cuerpo puntual
En una marea de algas cardíacas
Tan ciegas las luces 
Tan bastas las profundidades 
En mi pulso en un fogonazo 
El de una llamada cortada
En un gatillo.

 
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